Este es un post dedicado a mi amiga la adorable Búha.
He estado viendo el blog ese que hay de una señora que tiene una hija de cuatro años que habla inglés, alemán, tagalo, suajili y un poco de bereber; esa niña que distingue a Gandhi de la Madre Teresa y que conoce dos mil trescientas veintisiete razas de perro.
Soy muy jovencita y no soy quién para juzgar a nadie,…pero me he ensombrecido. Porque dista mucho de acercarse a la idea de felicidad que tengo para su edad.
He recordado a mi amiguita Laia pintando por fuera de la raya y descubriendo que hay un maravilloso mundo por explorar más allá de los límites establecidos, (que graaaande, Karina!!!) y he recordado las imágenes de Iñaki trepando por un monumento o sonriendo encima de un caballito o en los brazos de los abuelos en un día soleado.
Entonces pienso: tal vez Iñaki con cuatro años no domine totalmente el castellano; pero seguro que empezará por decir mamá, papá y tal vez hasta tortilla de patatas; no sabrá quién es Gandhi, ni la tal Teresa, ni dónde está Calcuta, pero distinguirá entre Mickey Mouse y el Pato Lucas; no reconocerá muchas razas de perro, pero seguro que abrazará y amará al suyo, incluso aunque sea de peluche…y tooodo esto SÍ que se aproxima a la idea de felicidad que tengo para su edad…Y ya lo máximo es pintar cuadros, ropa, suelo, paredes, familiares,…usando para ello tooodo su cuerpecito, pero sobre todo el culete. Esto ES la idea de la felicidad que una mami debe darle a su peke.
También vi que ponías en duda tu competitividad para el trabajo…TÚ estás en el grupo de las MÁS COMPETITIVAS: he buscado en ese blog germánico y necesito horas para encontrar un comentario; en cada post de la querida búha aparecen diez comentarios antes de que lo suba, cien visitas y kilos de cariño…En lo que merece la pena eres altamente competitiva.
Por eso tu sitio está más allá de las personas mezquinas, tú perteneces a un Olimpo en el que sólo caben unas cuantas elegidas.
Por eso, mucho ánimo y besos; cuando junte el capital suficiente para crear mi empresa de cariño te propondré para la gerencia.
En el cuento las tres hermanastras recibían el peor de los castigos: nunca nadie más se preguntaba por ellas; en cambio Cenicienta se llevó al Príncipe y fue premiada con un precioso bebé de caracolillos dorados, (Iñaki y el alondro son muy afortunados).