Todo empezó antes de empezar…En febrero de 2008, mamá y papá deciden tomarse unos días de vacaciones e ir a ver a la tía Cris a Roma,…la Ciudad Eterna y cuna de una de las más grandes civilizaciones.
El plan se resume en cinco días visitando monumentos a la velocidad del rayo: Coliseo, Columna Trajana, foros imperiales, Piaza Navona, Vaticano y sus museos, Fontana de Trevi, Piaza di Popolo, monumento a Vitorio Enmanuelle, el Panteón,…y en uno de los cinco días coger un tren rápido a Florencia, para visitar el David de Miguel Ángel, el Duomo, el Campanille, el Ponte Vecchio, la Galería Ufficci, palacio della Signoria, Santa Croze, palacio Pitti…
Mucho para hacer y ver y poco tiempo para hacerlo. Es allí donde por vez primera mamá y papá se plantean traerse un romano, hacer una Inés.
En torno hay demasiado estrés, demasiada pizza al tallo, demasiado gelatto y muchas carreras y cansancio,…tal vez no haya fuerzas…Ufffffffff.
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