Es duro ser padres. Cuando te despiertan a las cuatro de la mañana llorando a grito pelado, tienes que ir a la cocina a preparar un biberón y pasarte la siguiente hora con los “cinco kilitos” en el colo, a ver si lo toma todo,…es duro ser padres…cuando te encuentras con una desmesurada boñiga en estado semilíquido, semisólido y con abundante efluvio gaseoso; una boñiga que desborda el pañal y sube por la espalda casi hasta el omóplato en la parte de atrás y por encima del ombligo en la parte de delante y solo tienes para combatirla una pequeña toallita,…es duro ser padres…cuando la peke rompe a llorar y a pesar de todos tus esfuerzos, todas las canciones que te sepas, todas las maniobras de distracción que se te ocurran; el volumen de los lloros va en aumento y empiezas a ponerte colorado porque no vives sólo y a ver si los vecinos van a pensar que maltratas a tu pequeña,…es duro ser padres…
Pero cuando pasas por delante de ella y ves esa pequeña criaturilla indefensa que precisa tanto de ti y esos diminutos ojillos con expresión sonriente; tan pequeñitos,…pero a la vez tan grandes… y que se ríen porque te reconocen y porque estás con ella; y esa sincera sonrisa fanada, tan encantadora, tan tierna y dulce…dedicada exclusivamente a ti y únicamente por saber que estás enfrente y para que sigas allí y no te separes; y esos bracillos se estiran hacia ti y ese enérgico pataleo para llamar tu atención…todo eso es porque esa pequeña criaturilla te quiere y es su forma de decírtelo, (comentan que no saben hablar; pero hay que ver como se expresan);…entonces un escalofrío recorre todo tu espinazo y se te eriza hasta el último pelo de tu cuerpo y absolutamente tooooodo lo duro de ser padres queda compensado,…y mucho más que hubiese también se compensaría.
Y coges a tu pequeña y aunque no te entienda se lo dices: “puedes llorar todo lo alto que quieras, despertar a la hora que quieras en la madrugada, cagar toda la cantidad que te dé la gana…no te preocupes mi pequeña, tus papás también te quieren…MUCHO”.
Pero cuando pasas por delante de ella y ves esa pequeña criaturilla indefensa que precisa tanto de ti y esos diminutos ojillos con expresión sonriente; tan pequeñitos,…pero a la vez tan grandes… y que se ríen porque te reconocen y porque estás con ella; y esa sincera sonrisa fanada, tan encantadora, tan tierna y dulce…dedicada exclusivamente a ti y únicamente por saber que estás enfrente y para que sigas allí y no te separes; y esos bracillos se estiran hacia ti y ese enérgico pataleo para llamar tu atención…todo eso es porque esa pequeña criaturilla te quiere y es su forma de decírtelo, (comentan que no saben hablar; pero hay que ver como se expresan);…entonces un escalofrío recorre todo tu espinazo y se te eriza hasta el último pelo de tu cuerpo y absolutamente tooooodo lo duro de ser padres queda compensado,…y mucho más que hubiese también se compensaría.
Y coges a tu pequeña y aunque no te entienda se lo dices: “puedes llorar todo lo alto que quieras, despertar a la hora que quieras en la madrugada, cagar toda la cantidad que te dé la gana…no te preocupes mi pequeña, tus papás también te quieren…MUCHO”.
1 comentario:
Estupendo post.Como te comprendo! ;-D
Saludos!
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