Nueve mesitos.

Ayer fue trece de agosto y por tanto cumplí nueve meses.

Para algunos eso significa haber pasado tanto tiempo fuera como dentro, pero no es mi caso, que con ocho meses de embarazo ya le estaba pidiendo paso a mami.

Lo que si es cierto es que cumplí tres cuartos de año.

Para celebrarlo me iban a regalar tres cuartas partes de tarta; pero como yo no puedo comerla, había un 99 % de posibilidades de que los tres cuartos de tarta fuesen a engrosar el trasero del pirata, (el otro 1 % lo dejamos para la posibilidad de que se cayese al suelo). Ante tal destino cierto, mami ejerció su derecho al veto.

Me iban a poner tres cuartos de vela, pero claro, no había tarta para poner debajo; además no sé soplar, (solo sé hacer el caballito y decir adiós con la manita, lo siento Leo).

Lo que sí hicieron fue cantarme tres cuartas partes del cumpleaños feliz.

Aparte de eso, tuve el mejor regalo del mundo para mi gusto: los chicos me llevaron a la playa a gozar del sol y un poquito del mar; pero sobre todo, estuve un ratito sentada en la orilla manteniendo una conversación entre chicas con mi peluche favorito, (adjunto la foto).

Besos para todos.