Los Reyes con retraso.

Esta semana nos hemos acercado a ver a la abuela Mari Luz y al Corsario Negro; no sé si recordáis, pero teníamos en cuarentena a los “Con Ocho Basta” debido a las múltiples infecciones y virus que se “compraron” estas Navidades.

A fecha de hoy todos están mucho mejor, ya han desaparecido las gripes, escarlatinas y varicelas.

De paso nos entregaron lo que los Reyes dejaron a su paso. A mí en casa de la abuelita me tocó un juguete con bolitas, colores, ruido, movimiento,...en fin, lo mío.

Pero interesante también fue lo que dejaron en casa de la tía María, (sigue siendo un nombre de licor, jiji). La economía de la tía María es como el Ave Fénix surgiendo de sus cenizas, la tía María se reflota en mitad de una crisis, y los Reyes Magos debieron tener esto en cuenta y me dejaron un cubo de tela con muchas actividades y sonidos.

Mami por su parte se quitó una camiseta, pero lo realmente simpático fue lo que le dejaron a papá: un pen drive, un lápiz de memoria de cuatro gigas,...tiene más memoria el lápiz que el mismo papaíto, que a duras penas entre todas sus neuronas suman un par de Kabites y que a veces le cuesta distinguir entre ceros y los unos. Es más listo el lápiz que el propio papi.

Tal vez hemos interpretado equivocadamente a Sus Majestades y el lápiz de memoria era para mí y el cubo de actividades para papi.

Por cierto, estos Reyes deben ser Magos por la cantidad de cosas que son capaces de llevar y la cantidad de sitios que son capaces de visitar, (en casa de Gelis me dejaron un peluche); pero de lo que no cabe duda es que los dromedarios están “cachas”.

Bueno,...muchas gracias y un besiño a los Magos allá de dónde hayan venido, (y si es que han acabado, porque llega febrero y siguen apareciendo cosas que los tíos han ido soltando).