El otro día estuvimos hablando por teléfono con la tía Montse.
La tía Montse es muy cosmopolita. La tía Montse estuvo viviendo varios años en Canadá; de dónde se trajo varias cosas, entre ellas un marido que es un poquito de Boiro y un poquito argentino, la tía Montse también se trajo y mantiene la costumbre de tomar el té de las cinco, la tía Montse vive en un cottage, su marido es su darling y cuando brinda, dónde todos decimos “salud” ella dice cheers.
Cuando volvió de Canadá la tía Montse recordó que como todo el mundo sabe en Galicia se quejan los pinos, la lluvia es arte y el cielo es siempre gris,...quizá por eso la tía Montse pensó: “a couple of noses” y decidió pasar de largo e ir a instalarse en Valencia, dónde aunque las playas no son tan bonitas, por lo menos se pueden disfrutar más días al año, dónde hace mucho sol y calor y dónde hay muuuuuchas oranges para hacer el juice del breakfast.
Bueno, es probable que la planta de Ford en Almusafes y el trabajo del tío también influyeran algo.
Hablando por teléfono, la tía Montse preguntó dónde estaba yo, le dijeron que en el colo de mi padre.
Uuuuuyyyy, cooolooo, ¡qué palabra más galleeegaaaa!.
Aunque la tía Montse lleve mucho tiempo por ahí fuera, siempre tendrá una raicilla aquí puesta.
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