Siguen unos días tristes para los “muchachos”, lloran juntos por las noches, se desvían las miradas cuando se las cruzan incómodamente, navegan por la red ansiosamente buscando información, TRISTEZA…
Deciden no contar nada en casa a las familias, sólo serviría para que hubiese caras se pena, preocupación general y miradas que sin tener esa intención, seguro sentarían como puñales…Es preferible pasar este trago solos, TRISTEZA…
El tiempo de cualquier modo es larguísimo, tres semanas para hacer la prueba y dos para saber el resultado.
Ante esta perspectiva tras la primera semana, mami y papi deciden no volver a pasar pena, no le conviene al embarazo de mami; existe la posibilidad, mayor o menor, de que la amniocentesis contradiga los resultados del análisis AFP y a esa posibilidad deciden agarrarse con todas sus fuerzas en tanto no haya otra cosa.
A veces se hace complicado, como el día que el bisabuelo Marcial dice: “da igual niño o niña, lo importante es que venga sanito”, TRISTEZA, mami y papi evitan mirarse, pero ambos saben que el otro está conteniendo sus lágrimas.
Ojalá yo pudiera decírselo: “Tranquilos chavales, que esa prueba es un petardo, que toy perfectamente, sana como una lechuga…”
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