Ves a tu mujer, retorciéndose de dolor y percibes el amor en la atmósfera. Sabes de su sufrimiento y notas como se esfuerza, aguantando el aire y empujando con todas sus fuerzas por encima del intenso dolor que la tiene oprimida;... se le escapa el aire y vuelve a tomarlo, para volver a hacer un nuevo esfuerzo.
Se acaba la contracción y ella sabe que aún no está terminado, que su pequeña aún necesita ayuda y como madre primeriza está dispuesta a darlo todo por ella: se concentra en espera de la siguiente contracción,... que sabe está a punto de llegar,... y espera para coger aire y empujar con todas las fuerzas que le da el amor por su pequeñuela...Para llegar hasta dónde haga falta.
Y tú, mientras tanto, como un idiota queriendo hacer algo, pero sin saber cómo ayudarla, cómo hacer el dolor más soportable o cómo darle un poco de ánimo.
Un empujón más y de pronto, lo que estaba dentro está ahora fuera, y ves a esa pequeña cosilla, que respira y se mueve y que es parte de ella y parte de ti, y es entonces cuando, (aunque en algún recodo de tu vida has perdido la fe); es entonces cuando ves a Dios,... y te mira de frente y te señala con el dedo y te dice: “esta pequeña criaturilla es la que encomiendo a tu custodia. ¡Te ordeno que le des lo mejor que tengas!”.
Y es entonces cuando rompes a llorar como un niño y ves a Adelita sudorosa y agotada en la silla de partos y ves a ese pequeño milagrito sobre la báscula,... y no sabes dónde ir,... no sabes a cuál besar primero.
Y miras a Dios a los ojos y le dices: “gracias, Gran Jefe; por darme tanto.”
Miras a tu pequeña familia, que está agotada por el esfuerzo y el dolor que acaban de atravesar... y las amas a las dos, y piensas que, por primera vez en tu vida has hecho algo de lo que sentirte realmente orgulloso; y más aún, Adela ha hecho lo más grande que has visto en tu vida,... y te sientes orgulloso de ella y la quieres y quieres a TU HIJA, y sus dos quilos quinientos setenta gramos son lo mejor de vuestra vida.
Os dejo,... me voy a llorar de felicidad.
PAPI, (ahora sí).
Se acaba la contracción y ella sabe que aún no está terminado, que su pequeña aún necesita ayuda y como madre primeriza está dispuesta a darlo todo por ella: se concentra en espera de la siguiente contracción,... que sabe está a punto de llegar,... y espera para coger aire y empujar con todas las fuerzas que le da el amor por su pequeñuela...Para llegar hasta dónde haga falta.
Y tú, mientras tanto, como un idiota queriendo hacer algo, pero sin saber cómo ayudarla, cómo hacer el dolor más soportable o cómo darle un poco de ánimo.
Un empujón más y de pronto, lo que estaba dentro está ahora fuera, y ves a esa pequeña cosilla, que respira y se mueve y que es parte de ella y parte de ti, y es entonces cuando, (aunque en algún recodo de tu vida has perdido la fe); es entonces cuando ves a Dios,... y te mira de frente y te señala con el dedo y te dice: “esta pequeña criaturilla es la que encomiendo a tu custodia. ¡Te ordeno que le des lo mejor que tengas!”.
Y es entonces cuando rompes a llorar como un niño y ves a Adelita sudorosa y agotada en la silla de partos y ves a ese pequeño milagrito sobre la báscula,... y no sabes dónde ir,... no sabes a cuál besar primero.
Y miras a Dios a los ojos y le dices: “gracias, Gran Jefe; por darme tanto.”
Miras a tu pequeña familia, que está agotada por el esfuerzo y el dolor que acaban de atravesar... y las amas a las dos, y piensas que, por primera vez en tu vida has hecho algo de lo que sentirte realmente orgulloso; y más aún, Adela ha hecho lo más grande que has visto en tu vida,... y te sientes orgulloso de ella y la quieres y quieres a TU HIJA, y sus dos quilos quinientos setenta gramos son lo mejor de vuestra vida.
Os dejo,... me voy a llorar de felicidad.
PAPI, (ahora sí).
3 comentarios:
Me alegro mucho, mucho de que Inés tenga unos papis que la quieran tanto :) Nos vemos muy pronto!
Si nuestro queridísimo padre hubiese intentado expresar sus momentos así de bien, no tendríamos que andar adivinando el tamaño de su pasión según el número de pitillos que iba apagando ... Antes no se hablaba de estas cosas tan lisa y llanamente, pero todos los que hemos pasado por ello, sabemos que es el momento más grandioso que se puede vivir en nuestra vida.
Hola Inesita!!!
Me alegro mucho de que ya hayas llegado!!mira que le dije a tu papi: "que va a nacer en Ferroooool, llevate el capacho y la bolsa por si acaaaaso..."pero creo que no me hizo mucho caso...
A ver si vienes pronto para Vigo y te hacemos una visitilla!!
P.D.: Muchas enhorabuenas para tus papis!!
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