La Reina de la Fiesta.

Yo soy el centro del Universo, y no consiento que nadie tenga dudas. La semana pasada por dos veces infravaloraron mis capacidades y en ambas ocasiones tuve que hacer una pequeña demostración de lo que soy capaz.

La primera vez fue cuando vinieron el tío Juan, la tía María (que tiene nombre de licor) y los primitos Juanito y Migui. Los primitos me vieron y mostraron cierta indiferencia: bah,…un ser humano femenino, de tamaño reducido y que desarrolla poca variedad de tareas,…bah,…una niña pequeña “que no hace nada”……….¿QUE NO HACE NAADAAAAAAAA?......Entonces me mosqueé y: PRRRRRRRRRRRRRT, soplé una tremenda “bufa”; la actitud de los primitos hacia mí cambio totalmente: haaalaaaa, vaya peedoooo,…peerooo….¿fue ella?...¿y cómo hace pedos tan grandes?...es increíble, tan pequeñita…GUAAAA…

La segunda vez fue cuando vinieron a verme Sanchís y Anónimo; (a pesar de que Sanchís acaba de tener un sobrinito, Anónimo demostró más habilidad para tenerme en el colo, un besito para ella que es una de mis fans preferidas); bueno, pues el día que vinieron papaíto hizo un torpe comentario: “Es el objeto decorativo más bonito de la casa; no hace nada, pero puedes estar mirando para ella todo el día”…Esa misma noche entre las cuatro y las siete de la mañana le hice una demostración de los pollos que podemos montar los “objetos decorativos” cuando se nos subestima; lo tuve al pobre paseando conmigo en brazos durante tres horas por el dormitorio, esa tarde tenía unas ojeras que le llegaban por los tobillos.

Aunque él es muy rencoroso y, (aunque creo que no lo hizo aposta), cuando me cambio el pañal a las cinco de la mañana, en vez de ponérmelo en el culito me lo puso por las rodillas y cuando me hice pipí mojé tooodaa la ropita y tuve un poquito de frío.