martes, 3 de agosto de 2010

Toboganes.






Mi pericia con los toboganes ha progresado sensiblemente.

Lejos quedan los días en los que me lanzaba desde lo alto y por el camino decidía recostarme, dándome un golpecillo en el coco. Lejos quedan también los días en que no sabía dónde acababa el tobogán y seguía lanzada cuando se llegaba al final, con una buena culada o con otro regalito para mi coco. Lejos quedan los días en los que sacaba una patuca a un lado y entonces ya ni te cuento...

Actualmente me encanta lanzarme solita por los más pequeños, y mucho mejor si me aplaudes cuando llegue al final airosamente y me levante toda ufana; pero no te preocupes, que si no me aplaudes tú, ya me aplaudo yo misma.

Por cierto, en el tobogán amarillo, tanto Costipao como Sparrow, utilizan como escusa mi seguridad para tirarse conmigo... ¿a quién quieren engañar?... les encanta tirarse... a los dos.

En la foto de ese tobogán está el Zorro, que vino en barco y se quedó de visita.

5 comentarios:

Karina Ibarra dijo...

Querida Inés, es que lo que no sabes es que todos los papás llevamos un niño dentro.. y la ilusión por tirarse de un tobogán no se pierde nunca... si no, te cuento como me fue la última vez que me tiré de uno!

Un besito preciosa

Leo dijo...

Pues Inés, yo ya me subo sólo a mi tobogán eléctrico, ¿lo sabías? Será esa energía que tiene que me atrae irremediablemente...

NuBadi dijo...

Pero me enamoro de tus rizos guapura!!!! Demasiado demasiado hermosos!!!!

Los toboganes!!! que cosa maravillosa!!!

Laura dijo...

Si es que tirarse entobogan es super divertido!!! Lastima que mi culo gordo ya no cabe en la mayoria!!!

Jessica dijo...

Pero que hermosa combinación: toboganes y el zorro!

a disfrutar los toboganes no importa la hora o la edad!