viernes, 27 de noviembre de 2009

El Chalé de la Señora.



Teniendo en cuenta el despliegue que nos montó la Buena Señora para darnos la bienvenida, decidimos que lo correcto sería hacerle una visita a su casita y devolverle el detalle.

Al parecer casi a diario y para que no se aburra mientras toma el desayuno y lee el periódico, unos soldaditos de plomo se dan unos paseos delante de ella, taconean un poco y se cambian uno por otro.

Pos resulta que la mañana que fuimos nosotros tenía invitados para el desayuno, (que por cierto, vaya burros que son desayunando... qué barbaridad). Los invitados iban como en mi pueblo en fin de año: ellos con sus mejores trajes, de civil o de militar, (estos con un montón de chapitas) y ellas con vestido de noche.

Con todo ese ajetreo creo que cancelaban el cambio de guardia.

Al final, como había demasiada gente decidimos marcharnos; eso sí, si a la Buena Señora se le ocurre leer este blog, que sepa que está invitada a nuestra casa de Moaña y que los piratas lo dejamos todo... todo menos a Lucas,... Lucas no se deja... (que se traiga su propio juguete para la bañera).

2 comentarios:

Leo dijo...

Oh no, el espíritu de los tocados de plumas ha poseido a tu madre!!!

Pues mi padre que antes era marino me ha dicho que la señora esa tiene muchos juguetitos para el agua y que todos llevan su nombre (HMS) para que nadie se los quite. Aunque no sé si alguno de ellos cabría en tu bañera. De cuántos metro cúbicos estamos hablando?

Àlex dijo...

jajaja... el día que mi mamá se puso un tocado papá se quedó en el coche media hora indagando si salía a la boda o bien se perdía la misa... (al final salió bajo presión).

A mi me encanta el tocado de tu mami... y no te preocupes, que cuando yo te vaya a visitar yo me llevaré a mi propio Lucas.