viernes, 5 de noviembre de 2010

El Pedrolo.



Pos se inventó esta maravilla.

Una inmensa roca de granito rellena de viviendas, con forja por balcones y con fantasmagóricos soldados medievales en la azotea...

Se ve tanta piedra, que debería dar sensación de peso; pero la piedra fluye, mana curvilínea, ligera... y el interior es aún mejor; una maravilla.

Cuando la hubo terminado, en el mil novecientos y muy poquitos, los técnicos de obra municipales le hicieron saber que no cumplía la normativa; porque tenía las columnas inclinadas, (una típica característica gaudiana). La respuesta fue, como no, la de un genio:

Si las columnas no se ajustan al criterio municipal, yo no tengo inconveniente en retiralas... ahora bien, les recomiendo no pasen por delante de la fachada y no me hago responsable de que alguien pueda aparecer cualquier día debajo de una marea de piedra.


2 comentarios:

Leo dijo...

Jo Inés, ni que en tus ratos libres te estuvieras sacando el título de arquitectura, que te veo mu puesta en el tema ;)

Emma dijo...

El título de arquitectura y de historiadora!!

Es lo que deja viajar y vivir